
Tras el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el Papa Francisco, el Vaticano se prepara para uno de los momentos más solemnes y reservados de la Iglesia Católica: el Cónclave.
La elección de su nuevo líder espiritual involucra una serie de rituales y normas ancestrales que aseguran una elección justa, secreta y guiada por la fe.
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En los próximos días, el Vaticano llevará a cabo un nuevo Cónclave para elegir al nuevo líder de la iglesia católica
Todo comienza con la convocatoria de los cardenales de todo el mundo. Ellos asisten primero al funeral del Papa, participan en nueve días de duelo y finalmente se concentran en elegir a su sucesor.
Los cardenales, figuras clave dentro del clero y conocidos también como “príncipes de la Iglesia”, se reúnen en el Vaticano para este propósito.
El segundo paso es el inicio formal del Cónclave. Esta palabra proviene del latín “cum clave”, que significa “con llave”, y describe cómo los cardenales son aislados del mundo exterior durante el proceso.
La idea es evitar cualquier tipo de presión política o mediática y fomentar la concentración espiritual.
La tercera etapa es la votación, que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina. Cada cardenal escribe su voto en secreto y los resultados se comunican únicamente a través de humo: negro si no hay acuerdo, blanco cuando un nuevo Papa ha sido elegido.
Finalmente, el anuncio oficial se hace desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Antes, el nuevo Papa recibe su vestimenta y es presentado ante miles de fieles en la Plaza.
Tras unas palabras y una bendición, comienza una nueva era para la Iglesia Católica.
Un proceso cargado de simbolismo, tradición y expectativa, que pronto se volverá a vivir en Roma.
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