El empresario Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, propietario del grupo transportista TUM, es señalado por haber creado una red de fraudes vinculados con su empresa EVM Energía del Valle de México. Sin embargo, pesa sobre él una orden de aprehensión por falsedad de declaraciones y se encuentra envuelto en un oscuro entramado relacionado con diversas organizaciones criminales.
Por los diversos delitos de los que se le acuda, este empresario se ha tenido que esconder de las autoridades mexicanas y estadounidenses y se refugia en el país del norte evadiendo las múltiples denuncias en su contra, incluso una ficha roja emitida por la Interpol que lo busca en hasta 200 países.
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Manfred Mauricio Quintanilla Hernández aprovecho sus influencias para obtener contratos millonarios
Quintanilla ha sido vinculado con prácticas fraudulentas en la obtención de contratos millonarios con la CFE, favorecidos por su cercanía con gobiernos locales. En reuniones realizadas en la dirección mencionada, se habría acordado solicitar directamente al entonces presidente contratos de Cobertura Eléctrica, los cuales fueron efectivamente firmados en 2016.
Estos contratos, con vigencias extraordinarias hasta 2038 y 2041, se comparan con los de Generadora Fénix del Sindicato Mexicano de Electricistas, lo que sugiere un esquema de concesiones irregulares. Además, en dichas oficinas se fortaleció la estructura financiera y política de EVM.
El escándalo implica a la familia Quintanilla y a diversas redes políticas y empresariales que han desviado recursos públicos. La conexión de este grupo con el sector salud del Estado de México sugiere el desvío de millones de pesos, consolidando un esquema de corrupción que benefició a particulares con contratos públicos.
Estos hallazgos apuntan a un entramado de corrupción en el que Manfred Mauricio Quintanilla jugó un papel clave, aprovechando su influencia y relaciones para obtener beneficios económicos ilícitos.
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